Desafiando la descripción del Perú como un país sin movilización indígena, este libro explora las luchas políticas culturales entre activistas interculturales, comuneros andinos, intelectuales indígenas, autoridades estatales y organizaciones no
gubernamentales. La autora examina las paradojas y posibilidades de las protestas lideradas por comunidades quechua-hablantes en contra de la educación intercultural bilingüe, y la formación de intelectuales indígenas en centros transnacionales.